
O brother, Where art thou?, La Odisea se traslada al Profundo Sur
El Sur de Estados Unidos siempre ha ejercido una enorme atracción en la memoria popular, sobre todo en época de la Gran Depresión. Antiguamente zona esclavista y racista, perdedora en la guerra de Secesión Americana y de su propia identidad durante la Reconstrucción. Territorio de desheredados y perdedores sociales de ideas segregacionistas, de mayoría negra, de zonas pantanosas, donde abunda la religión, la magia y la superstición. El cine siempre ha intentado mostrar este romanticismo de alguna manera en películas como la mítica Lo que el viento se llevó, en el bello melodrama Tomates Verdes Fritos, la oscura El corazón del ángel, el semi-documental Louisiana Story o en los crudos retratos sobre el racismo Arde Missisipi, En el calor de la noche o El color Púrpura. O Brother, de los hermanos Cohen, reúne sutilmente todos los ingredientes de las películas anteriores con un toque de humor y sarcasmo, trasladando la Odisea de Homero al viejo y profundo Sur en plena crisis económica en el estado de Missisipi .
La película cuenta la historia de un pícaro, presumido e inteligente abogado con incontinencia verbal llamado Ulysses que se fuga de la prisión junto a otros dos compañeros, el bruto Pete y el tonto Delmar, estereotipos de personalidades sureñas, con la escusa de encontrar un tesoro antes de que construyan una presa y todo se eche a perder, aunque realmente lo que quiere el bueno de Ulysses al igual que la versión Homérica es rescatar a su esposa Penélope. En el trascurso de la búsqueda de la supuesta fortuna, se suceden una serie de aventuras desenfadadas y surrealistas en plena crisis financiera de los años treinta, cuando aún había espacio en el país para perderse sin ser descubierto.
El folclore y la mitología popular tienen gran importancia en el desarrollo de la historia, ya que el viejo sur era y es reserva nacional de la mitología americana, lo que constituye otro acierto del tándem creador, ya que combina el fantástico argumento de la Odisea, con la mitología sureña en una época especialmente difícil para la historia americana y en especial del Sur, donde la superstición y la religión juegan un papel importante. Así se combinan mitos de una y otra parte, como cuando les fue vaticinado por un ciego el futuro a los tres aventureros en referencia al oráculo de la Odisea, cuando son seducidos por tres bellas mujeres con voces tentadoras en una clara alusión a las sirenas que engañaron a Ulises o cuando fueron asaltados por un vendedor de Biblias de un sólo ojo en homenaje al Cíclope mitológico. También topan con fenómenos locales como el encuentro nocturno con el Ku Klux Klan a punto de llevar a la hoguera a un negro, la asistencia a una congregación baptista o la continua persecución a la que son sometidos por parte del Diablo encarnado en un Sheriff que quiere llevarlos de vuelta a prisión. También aparecen personajes reales que fueron productos típicos de los años de la Depresión Económica a medio camino entre la leyenda y la realidad como el atracador de bancos BabyFace Nelson o el mítico guitarrista de blues Robert Johnson, que según la leyenda vendió su alma al diablo a cambio de poder tocar la guitarra magistralmente como sugiere la película.
El film adquiere un carácter casi musical gracias a las numerosas escenas sonoras donde se interpretan multitud de canciones típicas del Sur americano, lugar de origen de la mayoría de la música del país, así se escuchan piezas algunas desenfadadas y otras oscuras de géneros como el blues, el bluegrass o el gospel. Ocasionalmente el trío de pícaros se embarca en una aventura musical grabando un disco en secreto con el fin de obtener dinero que sorprendentemente se convierte en todo un éxito y se desata una especie de histeria pre-beatlemaniaca por conocer al grupo que responde al nombre de Traseros Mojados. La banda sonora supuso un éxito y un renacimiento de la música tradicional en pleno año 2000. Gracias al éxito musical del trío, les es concedido el perdón por parte del gobernador del estado del Missisipi, rival del candidato progresista que parece claro ganador de las elecciones aunque resulta ser miembro del Klan en lo que se podría deducir una clara manifestación conservadora de los Hermanos Coen.
Al final de lo loca aventura y con la construcción de la presa para un proyecto hidroeléctrico y la consiguiente inundación del valle, se simboliza la liquidación de lo supersticioso y fantástico, dando paso a una nueva era donde todo estará controlado por las comunicaciones en masa, dando un aire crepuscular a la historia donde un mundo es finalizado para dar paso a otro. Se trata de una película desenfadada, entretenida para los cinéfilos curiosos y especial para los amantes de las viejas costumbres sureñas así como de su música. En definitiva el film es una travesura surrealista que solo podrá suponer puro disfrute y entretenimiento para el espectador.
El Sur de Estados Unidos siempre ha ejercido una enorme atracción en la memoria popular, sobre todo en época de la Gran Depresión. Antiguamente zona esclavista y racista, perdedora en la guerra de Secesión Americana y de su propia identidad durante la Reconstrucción. Territorio de desheredados y perdedores sociales de ideas segregacionistas, de mayoría negra, de zonas pantanosas, donde abunda la religión, la magia y la superstición. El cine siempre ha intentado mostrar este romanticismo de alguna manera en películas como la mítica Lo que el viento se llevó, en el bello melodrama Tomates Verdes Fritos, la oscura El corazón del ángel, el semi-documental Louisiana Story o en los crudos retratos sobre el racismo Arde Missisipi, En el calor de la noche o El color Púrpura. O Brother, de los hermanos Cohen, reúne sutilmente todos los ingredientes de las películas anteriores con un toque de humor y sarcasmo, trasladando la Odisea de Homero al viejo y profundo Sur en plena crisis económica en el estado de Missisipi .
La película cuenta la historia de un pícaro, presumido e inteligente abogado con incontinencia verbal llamado Ulysses que se fuga de la prisión junto a otros dos compañeros, el bruto Pete y el tonto Delmar, estereotipos de personalidades sureñas, con la escusa de encontrar un tesoro antes de que construyan una presa y todo se eche a perder, aunque realmente lo que quiere el bueno de Ulysses al igual que la versión Homérica es rescatar a su esposa Penélope. En el trascurso de la búsqueda de la supuesta fortuna, se suceden una serie de aventuras desenfadadas y surrealistas en plena crisis financiera de los años treinta, cuando aún había espacio en el país para perderse sin ser descubierto.
El folclore y la mitología popular tienen gran importancia en el desarrollo de la historia, ya que el viejo sur era y es reserva nacional de la mitología americana, lo que constituye otro acierto del tándem creador, ya que combina el fantástico argumento de la Odisea, con la mitología sureña en una época especialmente difícil para la historia americana y en especial del Sur, donde la superstición y la religión juegan un papel importante. Así se combinan mitos de una y otra parte, como cuando les fue vaticinado por un ciego el futuro a los tres aventureros en referencia al oráculo de la Odisea, cuando son seducidos por tres bellas mujeres con voces tentadoras en una clara alusión a las sirenas que engañaron a Ulises o cuando fueron asaltados por un vendedor de Biblias de un sólo ojo en homenaje al Cíclope mitológico. También topan con fenómenos locales como el encuentro nocturno con el Ku Klux Klan a punto de llevar a la hoguera a un negro, la asistencia a una congregación baptista o la continua persecución a la que son sometidos por parte del Diablo encarnado en un Sheriff que quiere llevarlos de vuelta a prisión. También aparecen personajes reales que fueron productos típicos de los años de la Depresión Económica a medio camino entre la leyenda y la realidad como el atracador de bancos BabyFace Nelson o el mítico guitarrista de blues Robert Johnson, que según la leyenda vendió su alma al diablo a cambio de poder tocar la guitarra magistralmente como sugiere la película.
El film adquiere un carácter casi musical gracias a las numerosas escenas sonoras donde se interpretan multitud de canciones típicas del Sur americano, lugar de origen de la mayoría de la música del país, así se escuchan piezas algunas desenfadadas y otras oscuras de géneros como el blues, el bluegrass o el gospel. Ocasionalmente el trío de pícaros se embarca en una aventura musical grabando un disco en secreto con el fin de obtener dinero que sorprendentemente se convierte en todo un éxito y se desata una especie de histeria pre-beatlemaniaca por conocer al grupo que responde al nombre de Traseros Mojados. La banda sonora supuso un éxito y un renacimiento de la música tradicional en pleno año 2000. Gracias al éxito musical del trío, les es concedido el perdón por parte del gobernador del estado del Missisipi, rival del candidato progresista que parece claro ganador de las elecciones aunque resulta ser miembro del Klan en lo que se podría deducir una clara manifestación conservadora de los Hermanos Coen.
Al final de lo loca aventura y con la construcción de la presa para un proyecto hidroeléctrico y la consiguiente inundación del valle, se simboliza la liquidación de lo supersticioso y fantástico, dando paso a una nueva era donde todo estará controlado por las comunicaciones en masa, dando un aire crepuscular a la historia donde un mundo es finalizado para dar paso a otro. Se trata de una película desenfadada, entretenida para los cinéfilos curiosos y especial para los amantes de las viejas costumbres sureñas así como de su música. En definitiva el film es una travesura surrealista que solo podrá suponer puro disfrute y entretenimiento para el espectador.
La frase:"En tiempos de dificultad la gente se desborda. Todo el mundo busca respuestas"
El momento: En el mismo momento cuando congregación baptista baja cantando al río a lavar sus pecados.
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