Cuestión de sangre, Intrigas familiares en la Pequeña Odessa
James Gray nos ha regalado en un par de ocasiones dos buenas películas sobre la pequeña mafia rusa de Brooklyn, con un trasfondo de intrigas familiares y de atmósfera fatídica. Cuestión de sangre (Little Odessa) la realizó cuando el director solo tenía 24 años y consiguió la que quizás sea una de las películas mas creíbles sobre el mundo del delito.
El asesino Joshua encarnado por un soberbio y frío Tim Roth, debe volver al barrio ruso de Brooklyn donde se crió para realizar un encargo de quitar de en medio a un joyero iraní que está dando problemas. A pesar de querer pasar desapercibo, muchos en el barrio se enteran de su presencia y a partir de aquí la tragedia se pone en marcha, lo que lleva al protagonista a un enfrentamiento con su padre que ha tenido que luchar con un pasado que aún arrastra el frío asesino.
Las escenas de violencia están muy bien repartidas a lo largo de la película y a pesar de no ser extremas ni espectaculares son incómodas y duras: una paliza humillante con un cinturón en un pasillo, un tiroteo en un tendedero o un secuestro nocturno a una víctima ante los ojos de su esposa.

En definitiva y aunque el film carezca de sorpresas o giros argumentales, convence y conmueve a la vez por su dureza, la aspereza de los personajes y la fatídica representación de toda la trama, con largos silencios incómodos y con planos fijos que apenas se mueven cuando hay una escena violenta, haciéndolas aún mas frías y duras, terminarán por envolver al espectador en un film ni controvertido ni ágil, pero muy interesante.
La frase:"Brooklyn debería llamarse rumor" Joshua a su hermano cuando le habla del asesinato cometido.
El momento: Joshua humillando a su padre en un descampado a punta de pistola.
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